Los sistemas sanitarios se enfrentan a un conjunto de retos comunes
Entre estos retos destacan el envejecimiento de la población, el aumento de la prevalencia de las enfermedades de larga duración y el aumento del gasto en salud y atención.
Las tecnologías de la información pueden hacer que los sistemas sanitarios sean órdenes de magnitud más eficientes si son desplegadas a escala. La mejora sería enorme, pero el grado de dificultad de implementación es muy alto. Es imprescindible la aplicación de nuevas tecnologías y métodos de gestión para optimizar el uso efectivo de los recursos en un entorno donde estos son escasos.
La calidad de la información y asegurar su entrega son cruciales
Hablamos de información sobre el manejo y tratamiento de pacientes. Cualquier error, pérdida, fuga o ambigüedad de la información puede resultar fatal para el diagnóstico, la comunicación o el tiempo de respuesta del personal sanitario.
Los sistemas deben funcionar de manera fluida, porque cuanto mayor es la movilidad de los profesionales sanitarios, menor es el tiempo de respuesta al paciente. Una de las principales dificultades es la integración de información entre los heterogéneos sistemas que prestan servicios. Todos ellos deben comunicarse de manera continua y lo más rápido posible para garantizar la entrega de información. Este es un verdadero desafío técnico debido a la cantidad de datos y operaciones que deben manejar los sistemas. Tienen que estar operativos 24 horas 7 días a la semana ininterrumpidamente.
Sanidad pública
Dentro de la Sanidad Pública, el traspaso de autoridad a las Comunidades Autónomas representa una dificultad añadida importante debido a las diferentes políticas TIC y los múltiples sistemas de información que requieren el desarrollo de mecanismos de intercambio entre muy diferentes fuentes de datos desde múltiples actores e instituciones de diversa naturaleza, pública, privada, concertada, hospitales, centros de salud, farmacias...